viernes, 2 de noviembre de 2012

Día 6. El Calafate. El Chaltén


Ya que ayer hicimos una completísima excursión con navegación cerca del glaciar Perito Moreno incluida, para hoy hemos descartado el tour de 3 glaciares en barco, que se presentaba algo monótono, y en su lugar nos hemos inclinado hacia un viaje en bus de línea regular a un pueblo llamado El Chaltén y ruta a pie por libre.

El Chaltén es un pueblo de reciente aparición para explotar el turismo de montaña por su cercanía al pico Fitz Roy y otros menos populares. Es tan joven que nosotros hemos nacido antes, pero está en pleno auge por el aumento de visitantes. Para llegar a él hay que transitar parte de la famosa Ruta 40, que es la versión suramericana de la Ruta 66 estadounidense.

El trayecto ha durado algo más de tres horas y es habitual que el chófer haga una pausa para descansar cada dos horas. En la parada de hoy hemos encontrado este curioso cartel de distancias a algunas de las ciudades más importantes del mundo.


Justo antes de llegar a nuestro destino, el bus ha parado de nuevo para visitar brevemente el centro de acogida de visitantes, donde un guía nos ha dado una breve charla con indicaciones de qué vamos a encontrar y qué debemos o no debemos hacer durante nuestras excursiones. El susto nos lo ha dado cuando nos ha explicado que debemos informar de avistamientos de pumas si es que conseguimos sobrevivir (!!!). Cuando nos ha visto la cara de perplejidad a todo el grupo, ha empezado a reírse y ha confesado que sólo quería saber si estábamos prestando atención. Ja.

Las bromas con pumas están muy bien, nos hemos reído, aunque es cierto que es posible encontrarlos y es necesario seguir ciertas precauciones, sobre todo si con quien te encuentras es al Puma, con su pelazo y su micrófono cantándose un tema entre la maleza; las bromas que no hacen mucha gracia son las del clima patagónico. En cuanto hemos iniciado nuestro paseo mochilero ha empezado a llover de costado que daba igual que fueras embutido en plástico, te ibas a mojar y helar igual. Solución urbanita de los murcianicos: resguardarse en un local a comer los bocadillos, tomar un chocolate caliente y ver cómo el resto de los aventureros, envidiados por su valentía, sí se atrevían a iniciar sus rutas.


Mientras tanto, nosotros demostrábamos nuestro valor eligiendo de la carta chocolates que nunca antes habíamos probado. ¡Ataque de locura! Susana ha demostrado estar más loca eligiendo un “submarino”, frente a mi clásico chocolate a la taza, pero le ha costado lo que viene siendo una columpiada, como se puede observar a simple vista en estas fotos…


En cualquier caso, la victoria ha sido de los dos, porque el tiempo ha vuelto a dar un giro en ese ratito y nos ha permitido emprender, aunque no os lo creáis, nuestra deseada caminata de varios kilómetros. El destino del Fitz Roy requería 4+4 horas, demasiadas si tienes que volver a Calafate por la tarde, así que hemos elegido un destino que requería 1+1 con llegada a una cascada de agua. Buen cambio ¿verdad?

Por el camino se seguía un río con agua del deshielo que en el silencio de la naturaleza hacía un agradable sonido que parecía un CD de relajación o la prealarma de los móviles modernos (unos sonidos muy chill previos al auténtico zumbido de la alarma que se acerca). Lo sufro cada mañana por el nuevo celular de Susana.


Un poco más adelante hemos observado los efectos de las crecidas de estos ríos, que al inundar gran parte del valle hace que los árboles mueran quedando un escenario bastante tétrico típico de una película de Tim Burton.


Y finalmente hemos alcanzado nuestro destino, el Chorrillo del Salto. Estábamos orgullosos de no habernos perdido en una ruta de nula/baja dificultad que sigue el cauce de un río, así que hemos decidido crear un auténtico “book” de fotos junto a la cascada, que bien podría ser el próximo catálogo de otoño del Lidl.





Después de un trabajo bien hecho (y aquí os dejo con la duda de si me refiero al de fotografía o al de trekking), hemos bajado al pueblo con la idea de dirigirnos a otra ruta que acaba en un mirador de aves pero, cosas del destino, un kiosko-bar se ha interpuesto en nuestro camino y nos hemos cascado un litro de cerveza Quilmes edición especial. Al sol y con la música del kiosko de fondo, hemos pasado un poco de frío pero el litrico ha entrado como si fuera agua.


Antes de abandonar El Chaltén hemos tenido un ratico para ir a curiosear por las dos escuelas del lugar: la de primaria y la de secundaria. Tenían muy buen aspecto, sin faltarles una biblioteca con un estante para trofeos de competiciones escolares que todo centro que se precie debe tener. Aunque lo que más nos ha gustado es que los alumnos dejan en la puerta las bicis sin necesidad de candado y que mantienen una huerta orgánica escolar…


El hambre empezaba a hacer mella y otro local nos ha frenado, esta vez la famosa chocolatería “La Abuela Goyé”. No nos hemos podido resistir a probar el chocolate en rama, que hemos pagado a precio de oro, incluso mucho más caro que los bombones belgas Godiva, aunque de peor calidad, por lo que nos hemos ido de El Chaltén con ganas de compensar la timada.

¿Y dónde lo hemos compensado? Pues ya en El Calafate, en un sitio que debería ser ilegal de lo bueno que hacen el cordero. Aconsejados por varias fuentes, hemos cenado en Don Pichón su popular cordero patagónico y un vinito Malbec de Mendoza, la región vinícola por excelencia en Argentina. De botellas de tamaño pequeño, sólo había dos vinos para elegir y ya sabéis cuál es nuestro experto criterio: elegir siempre el segundo vino más barato, tratando de evitar la vergüenza de pedir el más barato. Sin embargo, nuestro algoritmo ha entrado en un bucle infinito porque se daba la paradoja de que el segundo más barato era el más caro y al mismo tiempo el segundo más caro era el más barato. Hemos tenido que reiniciar el cerebro y dejar que la camarera eligiera por nosotros. En cualquier caso, estaba muy bueno y ha sido un compañero de lujo para el cordero, auténtica estrella de nuestra mesa.


Luismi

5 comentarios:

  1. Estáis hechos unos artistas!!! Total la foto de Su con el pelo ondeando al viento!!!! H

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  2. Mi padre estaría flipando si le enseñara las dos últimas fotos ¡¡que pinta tiene!!

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  3. Jajaja. María, no sé a qué esperas ;-) Un besico!

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  4. Vaya comidas!!!, os envidio mucho y a la vez me alegro por vosotros. La pareja perfecta. ¿Llegaré yo a viajar así?, ¿lo haré acompañado?. Un fuerte abrazo, toposos. Javi ;9

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  5. Javi, por supuesto que viajarás así y mejor. El acompañamiento será el que tú decidas. Un abrazo toposo ;)

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