sábado, 27 de octubre de 2012

Día 0. Murcia - Madrid - Buenos Aires


Tras una semana de estrés, por fin llega el viernes, día previo a nuestro vuelo. Preparamos maletas, imprimimos las reservas, recogemos el traje de buzo, ultimamos las compras, despedimos a la familia… son las 3:00 de la madrugada y aún no me he acostado. Luismi se ha quedado frito sentado en el sofá hace 3 horas, tras decirme que iba a hacerse la maleta (sólo veo un puñao de calcetines en ella).

Decido que ya llegó la hora de acostarme, aunque no me he preparado la bolsa de aseo. Pongo la alarma a las 6:00, tiempo de sobra para ducharme, desayunar tranquilamente, ultimar los detalles… Abro un ojo y veo el cielo bastante claro… ¡qué extraño para ser las 4:00! Luismi no está en la cama ¿qué pasa? 

Vuelvo a mirar el reloj compruebo que en realidad son las 8:15, los padres de Luismi nos recogían a las 9:00. No hay tiempo para ducha ni desayuno, sólo para vestirme, cerrar la maleta y todavía me sobra tiempo para esperar a Luismi, que no renuncia a su leche y tazón de cereales. Son las 9:15 y aún no hemos salido, el tren sale en 20 minutos, pero llegamos a tiempo, ¡ufff!

Aún no sé cómo me desperté sin alarma, no sé cómo puse que la alarma sonara en silencio, es más, no sé por qué existe la opción de quitar totalmente el volumen a una alarma. Tampoco sé cómo Luismi se despertó por sí mismo sin alarma, ni por qué no se le ocurrió despertarme, ¡la que podríamos haber liado! Pero siempre hay algo en el cuerpo que te dice cuándo te tienes que despertar, lástima que ese momento sea siempre el límite para llegar con el agua al cuello.

Sólo nos quedan 5 horas de tren y 7 horas de espera en estaciones y aeropuerto. En Madrid nos despedimos de España con sendos bocatas de calamares y jamón del bueno. Como esperábamos, el vuelo sale con una hora de retraso.  Empezamos a constatar la parsimonia, cuajo, pachorra con la que se vive la cola en el mostrador de facturación de Aerolíneas Argentinas. Todo parece funcionar a cámara lenta. Aún no hemos subido al avión y ya estamos cansados, que nos caemos.


El vuelo empieza con turbulencias, mi pantalla para ver pelis no funciona, me quejo varias veces sin ningún tipo de respuesta, reacción, ni nada que se parezca, directamente me ignoran y pasan de mi cara. Nos sirven la cena dándonos a elegir “pollo o carne”, curiosa pregunta, ¿no es el pollo un tipo de carne? Es el momento para drogarse, nos tomamos unas pastillas que hacen que Morfeo venga a visitarnos. Nos quedamos fritos antes de que retiren la bandeja (también es verdad que tardan más de 2 horas en retirarla). El vuelo se ha pasado volando, afortunadamente, ya están sirviendo el desayuno.

Susana

5 comentarios:

  1. Ya nos iremos enterando de vuestro viaje, el capitulo siguiente casi casi que lo puedo escribir yo ;) Por cierto, FELIZ HALLOWEEN!!

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  2. Jajaja! Espero q mi pantalla funcione q 23 horas sin pelis son demasiadas .... Al tema pastillazo sobra decir q me uno! Me alegro de q hayas llegado bien. Seguid poniéndonos al día. Besos!!!!

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  3. Ea! Ya me he suscrito.
    Por cierto, era "hayáis"... Q no me olvido de ti, Luismi!!! Más besos (y practicas el tango, menor oportunidad no vais a tener *.*

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  4. Vamos Ale! estás hecha una máquina. Pronto las tres en el hemisferio sur. Cuenta tú también cosicas. Un besazo!
    Paula, os dedico esta entrada a ti y a tu familia. Paula, Damy y Alma son geniales.

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  5. Gracias, vosotros tambien, me parto de verla a Alma con las castañuelas, se le escapan de los deditos. Cuando esteis de nuevo en Baires, mandame un WhatsApp para ver si coincidimos un ratico, vale? Mientras tanto os sigo por el blog.Besos para los 2.

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